31/3/18

A la Plaça de Ferdinand de Lesseps.


6 comentaris:

  1. Como copos de algodón mirando al cielo. A primera vista las sintéticas y floridas copas de los árboles parecen suaves copos de algodón que, en armoniosa danza, levantan sus brazos al cielo. Los vuelvo a mirar y ahora se me antoja más frenética y sensual la danza. Si miro otra vez soy capaz de ver a dos de las del Can-can. Y ni siquiera es la hora del café...

    Abrazotes gordotes (aquí, en el momento de cristiana caridad de mi santo... mientras intento restaurar a mi Manolo, para ver si reconduce su mala conducta... que me da que va a ser p'a na... )

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    1. Todo es questión de jugar con los contaluces.
      Buscando de sintetizar, al máximo, hasta el punto
      de desdibujar, todo lo que se pueda la imagen
      sin perder el concepto, todo ello un poco
      contradictorio.
      Con todo ello, espero que, además de tu, otros puedan
      imaginar y soñar.
      Tanto el Can Can..., como un can cantando canta jondo.
      Recuerdos a tu Manoio, y si no obedece... cortale la...
      corriente.

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  2. La primavera en su máximo explendor, tres planos, geniales: el cielo, los árboles en flor, y la pareja que admira, la belleza que lograste. Enhorabuena.

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    1. A veces, como ahora, el tema ayuda un montón,
      a la realización, o casi siempre.
      El deseo, es que cada uno pueda interpretar,
      a su manera, lo recibido... en una factura un
      tanto abstracta, y mas deberia de ser, pero eso
      será después de la publicidad. VEREMOS !!!!.
      Gracias Carmen.

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  3. Síntesis en estado puro, colores suaves y quebrados. Personajes, pintores de espaldas supongo, que "ven" los mismos árboles de manera diferente entre sí y que dan fe de la primavera que está para quedarse.
    Abrazo.

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    1. Ya quisiera... el puro, y los suaves.... los personajes
      forman parte del todo, y son otras manchas inmersas
      en este intento de no decir.
      Seguimos por este camino, tambaleando, pero sin querer
      dejarlo, hasta ver, por curiosidad, a donde lleva.
      Gracias Carmen Diaz, compañera de fatigas.

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