Me lo contaba mi abuela cuando era una niña: lo de que esa "O" que si uno se fija aparece grabada en el hueso del dátil se produjo cuando la virgen María san José y el niño, en su huída a Egipto se cobijaron de la fría noche bajo una palmera. Esta, ante la inminente llegada de sus perseguidores, bajó sus palmas, y como en un abrazo, los amparó y ocultó. La virgen tomó uno de sus frutos y al paladearlo exlamó "o, que fru tan bo" (o algo parecido, porque mi bisabuela era valenciana). Y fue en ese preciso momento cuando esa pequeña O se grabó para siempre en cada dátil. Tu hermosísima y frondosa palmera no sólo me ha recordado la bella historia que tanto me gustaba y aún hoy me hace mirar y remirar el hueso de los dátiles, sino que me ha hecho pensar que ella, tu hermosa palmera, con su frondosa y acogedora belleza, con su digna y casi nocturna majestuosidad, ella, cuyas palmas son casi como la Bóveda Celeste, ella, sería merecedora de ser la protectora protagonista de esta historia de la O.
Saltarina y noctámbula Margarita, te llevas la palma, en la categoría de comentários, a la obra con la cual yo me otorgo, y asumo, la del martírio. Es una acuarela muy luchada, y por este motivo agradezco doblemente todo lo que me cuentas, tanto el recuerdo de vivencias de tu infancia, como las amables atribuciónes a la pobre futura granera. De la "O" ya conocí a la María, pero seguramente ella tenía mas chicha que hueso.
Bien hallada, aquí siempre estámos de jugoso palique. Continuando con mi búsqueda, un poco perdido, sigo ensayando. Agradezco tu comentário, como siempre amable y favorable, a mi quehacer. Seguiremos paliqueando.
En jardines y parques siempre se pierde mi mirada a la hora de "encuadrar" En cambio tú sabes enseguida lo que quieres y, claro, te salen maravillas como esta. Te felicito, Fernando. Un abrazo.
No creas.... que cuesta lo suyo, intenter componer con ritmo, y equilíbrio, pero és fundamental, y vale la pena hacerlo,y hacerlo bien, el resultado final, te emuestra que es fundamental, decía mi maestro, cuadro bien empezado, medio acabado. Entusiasta comentário, el tuyo, de los que dá gusto recibir.
Casi se me escapa esta belleza de obra, una que ya no tiene los reflejos para muchos trotes. La búsqueda de nuevos caminos siempre es reconfortante porque se consiguen maravillas como esta acuarela?, ¿sólo has empleado acuarela? Me encanta la composición, el cromatismo, el ritmo, definitvamente de una gran originalidad, sigue investigando. Aperta.
Si, espero seguir investigando, creo que ello implica posibilidad de progreso, tan necesario..... Tus comentários son, siempre, muy ricos en amabilidad y comprensión. Aparte de acuarela, también usé tinta negra permanente, base para un montón de raspados, y otros desaguisados, que le proporcioné, para poder llegar a este aspecto final.
Me lo contaba mi abuela cuando era una niña: lo de que esa "O" que si uno se fija aparece grabada en el hueso del dátil se produjo cuando la virgen María san José y el niño, en su huída a Egipto se cobijaron de la fría noche bajo una palmera. Esta, ante la inminente llegada de sus perseguidores, bajó sus palmas, y como en un abrazo, los amparó y ocultó. La virgen tomó uno de sus frutos y al paladearlo exlamó "o, que fru tan bo" (o algo parecido, porque mi bisabuela era valenciana). Y fue en ese preciso momento cuando esa pequeña O se grabó para siempre en cada dátil.
ResponEliminaTu hermosísima y frondosa palmera no sólo me ha recordado la bella historia que tanto me gustaba y aún hoy me hace mirar y remirar el hueso de los dátiles, sino que me ha hecho pensar que ella, tu hermosa palmera, con su frondosa y acogedora belleza, con su digna y casi nocturna majestuosidad, ella, cuyas palmas son casi como la Bóveda Celeste, ella, sería merecedora de ser la protectora protagonista de esta historia de la O.
Bona nit,
y abrazotes, Ilustre
Saltarina y noctámbula Margarita, te llevas la palma, en la categoría
Eliminade comentários, a la obra con la cual yo me otorgo, y asumo, la del
martírio.
Es una acuarela muy luchada, y por este motivo agradezco doblemente
todo lo que me cuentas, tanto el recuerdo de vivencias de tu infancia, como
las amables atribuciónes a la pobre futura granera.
De la "O" ya conocí a la María, pero seguramente ella tenía mas chicha que hueso.
Enhorabuena, como siempre, una belleza que consigues con tú arte y tus pinceles, seguí estos días pasados, vuestros jugosos textos.
ResponEliminaBien hallada, aquí siempre estámos de jugoso palique.
EliminaContinuando con mi búsqueda, un poco perdido, sigo
ensayando. Agradezco tu comentário, como siempre
amable y favorable, a mi quehacer.
Seguiremos paliqueando.
En jardines y parques siempre se pierde mi mirada a la hora de "encuadrar"
ResponEliminaEn cambio tú sabes enseguida lo que quieres y, claro, te salen maravillas como esta.
Te felicito, Fernando.
Un abrazo.
No creas.... que cuesta lo suyo, intenter componer con ritmo,
Eliminay equilíbrio, pero és fundamental, y vale la pena hacerlo,y hacerlo bien,
el resultado final, te emuestra que es fundamental, decía mi maestro,
cuadro bien empezado, medio acabado.
Entusiasta comentário, el tuyo, de los que dá gusto recibir.
Casi se me escapa esta belleza de obra, una que ya no tiene los reflejos para muchos trotes. La búsqueda de nuevos caminos siempre es reconfortante porque se consiguen maravillas como esta acuarela?, ¿sólo has empleado acuarela? Me encanta la composición, el cromatismo, el ritmo, definitvamente de una gran originalidad, sigue investigando.
ResponEliminaAperta.
Si, espero seguir investigando, creo que ello implica posibilidad de
Eliminaprogreso, tan necesario..... Tus comentários son, siempre, muy ricos
en amabilidad y comprensión.
Aparte de acuarela, también usé tinta negra permanente, base para
un montón de raspados, y otros desaguisados, que le proporcioné,
para poder llegar a este aspecto final.