Viendo sus cabecitas asomar entre el hielo, viendo esa caleidoscópica piel que acaba por parecer plata, a pesar de la inerte calidez de algunos ejemplares, pobrecitos, pues que están para comérselos -aunque yo ya escribo esto con unas lentejas en santa diegestión- pero que viéndolos tan fresquitos, que me ha dado hasta frío, Ilustre.
Verdaderamente estaban muy frescos... casi titiritanan, con tanto hielo, mientras los dibujaba, para cortar el hielo, mantenia un diálogo con ellos, no tengais miedo, que no os voy a comer.... y respondian a coro....., eso ya lo sabemos, la pensión no te dá para ello.... pobre pintor "pringao" No es lo mismo, el hambre, que las ganas de pintar.
Tocas todos los palos y todos los tocas bien, pero con los pescados se aprecia una querencia especial y eso se trasluce en el magnífico resultado, tus "peixes" están para comérselos. Maridan muy bien la tinta y la acuarela. Bravo. Abrazo marinero.
De palos, he recibido toda la vida, de pescado fresco, también he comido, pero de compis, como los que tengo con mis acuarelas, POCOS... Muchas gracias, Carmen
Belleza en el color, lograste hacernos ver que los peces estaban vivos, llenas los espacios con aquello que supera a la realidad e insinúas el resto, para qué más. Enhorabuena.
Ostras... pues no se movieron ni un pelo. Cierto, para explicar algo, pintando, tampoco hace falta decirlo todo. Me hubiera gustado contar, que estaban muy ricos, pero no soy suficientemente rico, para poderlo contar. Muchas gracias , Carmen.
Uf, a mi me ponen de barriga sobre el hielo.... y paso automaticamente a la medida de un Aphia minuta, vease chanquete. Pa comérmelos tengo que esperar a los viernes de cuaresma, seguro que tienen que estar muy buenos. Amigo Oñera, como sufrimos pintando... y que bien lo passamos, comentando.
Viendo sus cabecitas asomar entre el hielo, viendo esa caleidoscópica piel que acaba por parecer plata, a pesar de la inerte calidez de algunos ejemplares, pobrecitos, pues que están para comérselos -aunque yo ya escribo esto con unas lentejas en santa diegestión- pero que viéndolos tan fresquitos, que me ha dado hasta frío, Ilustre.
ResponEliminaAbrazotes gordotes
Verdaderamente estaban muy frescos... casi titiritanan, con tanto hielo,
Eliminamientras los dibujaba, para cortar el hielo, mantenia un diálogo con ellos,
no tengais miedo, que no os voy a comer.... y respondian a coro.....,
eso ya lo sabemos, la pensión no te dá para ello.... pobre pintor "pringao"
No es lo mismo, el hambre, que las ganas de pintar.
Tocas todos los palos y todos los tocas bien, pero con los pescados se aprecia una querencia especial y eso se trasluce en el magnífico resultado, tus "peixes" están para comérselos. Maridan muy bien la tinta y la acuarela. Bravo.
ResponEliminaAbrazo marinero.
De palos, he recibido toda la vida, de pescado
Eliminafresco, también he comido, pero de compis, como
los que tengo con mis acuarelas, POCOS...
Muchas gracias, Carmen
Belleza en el color, lograste hacernos ver que los peces estaban vivos, llenas los espacios con aquello que supera a la realidad e insinúas el resto, para qué más. Enhorabuena.
ResponEliminaOstras... pues no se movieron ni un pelo.
EliminaCierto, para explicar algo, pintando, tampoco hace
falta decirlo todo. Me hubiera gustado contar,
que estaban muy ricos, pero no soy suficientemente
rico, para poderlo contar.
Muchas gracias , Carmen.
¡Y tan frescos, ahí con la barriga en el hielo! Pa comérselos...
ResponEliminaMuy bueno, Fernando.
Un fuerte abrazo.
Uf, a mi me ponen de barriga sobre el hielo....
Eliminay paso automaticamente a la medida de un Aphia minuta,
vease chanquete.
Pa comérmelos tengo que esperar a los viernes de
cuaresma, seguro que tienen que estar muy buenos.
Amigo Oñera, como sufrimos pintando... y que bien
lo passamos, comentando.