Encantado de recibirte, de nuevo, en este Blog, que es tu casa. Pero algo mas alborotado, a menudo. Pués ya vés, en eso estamos, contraluces, luces etéreas, poco color y mucha agua, que es mas barata. A veces es difícil aguantar la mirada, pero haciendo visera, con la mano, te arreglas. Un gran saludo, amigo.
Agua, pigmento y color en una sosegada pero apoteósica evanescencia transforman sobre el papel el paisaje urbano, otorgándole, cual retablo, una belleza misteriosa, digna de una transfiguración religiosa.
Como en la cocina... AGUA... PIMIENTO... y COLIFLOR... un hervor lento, cuidando la evanescencia apoteósica de la coliflor, que llena el piso. Sobre el retablo, preguntale a Maese Pedro... y que Manuel de Falla te lo interprete en una Catedral,... seguro que su belleza será misteriosa, transfugada, y religiosa, mientras tu y yo, seguiremos pintando a nuestro aire, con aire angelical... Margarita un apretado abrazo, por lo que dices.
Es que, a veces no oso seguir, para no lastimarlo mas. "Manchero", si que soy, el tipo de papel (para grabados) también ayuda, sigo con el, porqué lo encuentro interesante, pero le cuesta mucho secar, y una vez seco, los colores bajan de intensidad. Eso, que no falte la luz... Carmen, gracias por comentar.
¡Toma ya! A contraluz, con las siluetas de la ciudad evanescentes entre tanta claridad... Te felicito, amigo. Tus pinceles no tienen miedo a nada. Un fuerte abrazo, Fernando.
Los pinceles quizá no, pero el que los sostiene..., sostiene publicamente que si !!! Es bello el paisaje a contraluz, no se vé incluso lo que se vé... sin verlo. Contraluz, contracorriente!!!, diga lo que diga la gente. Un saludo, amigo mio.
Bonito contraluz, cuando el paisaje urbano apenas transciende de un cielo luminoso, mirada rápida, la luz te ciega.
ResponEliminaEncantado de recibirte, de nuevo, en este Blog, que es
Eliminatu casa. Pero algo mas alborotado, a menudo.
Pués ya vés, en eso estamos, contraluces, luces etéreas,
poco color y mucha agua, que es mas barata.
A veces es difícil aguantar la mirada, pero haciendo
visera, con la mano, te arreglas.
Un gran saludo, amigo.
Agua, pigmento y color en una sosegada pero apoteósica evanescencia transforman sobre el papel el paisaje urbano, otorgándole, cual retablo, una belleza misteriosa, digna de una transfiguración religiosa.
ResponEliminaAbrazotes gordotes y lactocafeinados
Como en la cocina... AGUA... PIMIENTO... y COLIFLOR...
Eliminaun hervor lento, cuidando la evanescencia apoteósica
de la coliflor, que llena el piso.
Sobre el retablo, preguntale a Maese Pedro... y que
Manuel de Falla te lo interprete en una Catedral,...
seguro que su belleza será misteriosa, transfugada,
y religiosa, mientras tu y yo, seguiremos pintando
a nuestro aire, con aire angelical...
Margarita un apretado abrazo, por lo que dices.
Muy buena esta composición a base de manchas, la sensación de "inacabado" le añade un plus de interés a este tema resolado, luz más luz!
ResponEliminaAbrazo.
Es que, a veces no oso seguir, para no lastimarlo mas.
Elimina"Manchero", si que soy, el tipo de papel (para grabados)
también ayuda, sigo con el, porqué lo encuentro interesante,
pero le cuesta mucho secar, y una vez seco, los colores
bajan de intensidad.
Eso, que no falte la luz...
Carmen, gracias por comentar.
¡Toma ya! A contraluz, con las siluetas de la ciudad evanescentes entre tanta claridad...
ResponEliminaTe felicito, amigo. Tus pinceles no tienen miedo a nada.
Un fuerte abrazo, Fernando.
Los pinceles quizá no, pero el que los sostiene...,
Eliminasostiene publicamente que si !!!
Es bello el paisaje a contraluz, no se vé incluso
lo que se vé... sin verlo.
Contraluz, contracorriente!!!, diga lo que diga la gente.
Un saludo, amigo mio.
Esa imagen tenue, insinuante llena de colorido, miraba tus acuarelas, no podía decir nada, no disponía de medios para expresarlo
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